sábado, 22 de noviembre de 2008

Paradoja de Fermi

Hoy tocaremos la ciencia ficción desde un punto de vista más especulativo. En las obras de este género es muy común ver a la raza humana tener algún tipo de contacto con otras formas de vida inteligente e incluso convivir con ellas, pero hablando ya del mundo real, ¿Existen realmente civilizaciones avanzadas en el universo?
Esta pregunta ya se la planteó Frank Drake en 1961(fue presidente del SETI, acrónimo de Search for Extra Terrestrial Intelligence) y formuló una posible ecuación para conocer el número de civilizaciones de nuestra galaxia que emitiesen ondas de radio, siendo capaces de comunicarse, se la conoce como ecuación de Drake y tiene esta pinta:



N es el número de civilizaciones que habría en la Via Lactea con la capacidad de comunicarse, los demás factores son: el ritmo de formación de estrellas adecuadas para la vida, proporción de estrellas con planetas orbitando, número de planetas en la posición optima para la generación de la vida, fracción de planetas en los que la vida se ha desarrollado, fracción de planetas en los que se ha desarrollado vida inteligente, fracción de planetas en los que la vida inteligente se ha desarrollado hasta poseer una tecnología con la que poder comunicarse y periodo de tiempo que puede durar una civilización inteligente.

El elevado número de factores y el hecho de que la mayoría de ellos sólo los podemos conocer deduciendo a partir de lo ocurrido en nuestro sistema solar hace que la ecuación no tenga una única solución, y dependiendo del juicio de cada persona, el número de civilizaciones puede oscilar entre unas decenas o millones.

Pero no todo el mundo es tan optimista como para creer que hay una alta probabilidad de haber muchas civilizaciones desarrolladas en el universo y concretamente en nuestra galaxia. Ya que si hay un número tan elevado de ellas, ¿Por qué no tenemos ni rastro de ellas? Esto es lo que se conoce como paradoja de Fermi, formulada por Enrico Fermi en 1950. Su respuesta a la pregunta es qué o nuestro conocimiento es insuficiente o nuestras observaciones son defectuosas. Hay varias suposiciones sobre el hecho de que no hayamos tenido aun contacto con otra civilización avanzada:

-Nunca han existido: Puede que las condiciones para que se dé la vida sean raras, por lo tanto para que surja una civilización importante aun deben ser más infrecuentes y continuadas en el tiempo para que se pueda desarrollar hasta el punto de la exploración espacial.

-Han existido, pero ya han desaparecido: destruidos por si mismos (guerras nucleares, bacteriológicas, experimentos científicos a gran escala), por otras civilizaciones a las que no les gusta la competencia o por desastres que pueden ser probables en unos espacios de tiempo tan grandes (asteroides, explosiones de supernovas).

-Existen y han estado con nosotros, pero no estábamos lo suficientemente desarrollados como para percibir o comprender su presencia. Posiblemente la raza humana sólo lleva un siglo con la capacidad y tecnología necesarias para captarlos. De aquí deriva una teoría bastante interesante: el concepto de dioses, monstruos y demonios que tan comunes y parecidos son en prácticamente todas las culturas y religiones de la Tierra, puede que tengan su origen en visitas extraterrestres en una época en la que no estábamos lo suficientemente desarrollados para poder saber que eran realmente. Esto aparece en la novela “El Fin de la Infancia” de Arthur C. Clarke. En ella unas naves enormes llegan a la Tierra, se sitúan sobre las ciudades más importantes y pasan a tomar el control del mundo. Tras 50 años de control, los extraterrestres (superseñores en el libro) deciden revelar su aspecto. Este es tremendamente similar a la descripción que se puede hacer del demonio (cuernos, alas, cola peluda), los superseñores habían visitado la Tierra en otra época y esperaron esos 50 años para minimizar el impacto de su aspecto sobre la población.

-Existen, pero no se comunican con nosotros: ya sea porque no les interesamos, porque prefieren dejarnos “libres” para así poder estudiarnos, porque están esperando a que alcancemos un nivel tecnológico mínimo o simplemente porque es una civilización avanzada, pero no dispone en su planeta de los medios necesarios para establecer el contacto ( falta de materiales).

-Existen y se comunican pero no los oímos: Puede que ahora mismo estén llegando señales a nuestro planeta, pero por incompatibilidad o inexistencia de la tecnología necesaria no las detectamos. Un punto a favor de esta hipótesis es el tamaño del universo, ya que aunque las señales pudiesen viajar a la velocidad de la luz, si la civilización está realmente lejos, podrían tardar millones de años en llegar.

Fuentes:
Ecuación de Drake
Paradoja de Fermi
En este blog encontré la imagen del superseñor, hay otra imagen, por lo que se comenta alli, las dos son de un proyecto que no se finalizó.


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